La planta de hormigón hace de almacenamiento y está dispuesta de manera que se pueda dosificar correctamente cada insumo en la tolva principal, para luego descargar al mixer en la boca de carga. Tanto la piedra como la arena se almacenan a cielo abierto mientras que el cemento, al ser un producto higroscópico, debe ser almacenado en un silo. Este se coloca encima de la tolva principal para aprovechar la gravedad y hacer más eficiente el movimiento del material. La arena y la piedra se cargan mediante palas a unos depósitos, los cuales están conectados a la tolva principal a través de una cinta transportadora. Luego de la dosificación, que para que sea precisa se utiliza un control electrónico, se descarga al mixer junto al agua y los aditivos. El cemento debe hidratarse antes para formar la mezcla con propiedades aglomerantes.
Las capacidades de una planta de hormigón van desde 20m3/h a 240m3/hora. Dichos valores corresponden a la capacidad teórica, es decir, asumiendo un flujo continuo del hormigón hacia el mixer. La capacidad real estará determinada por la cantidad de mixers disponibles y el tiempo de ciclo. Dicho ciclo incluye el tiempo de carga de mixer, viaje hacia el cliente, descarga en obra y retorno a la planta.